Procesos y cultura, simbiosis para el cambio

 

Anteriormente, hemos compartido los beneficios de desarrollar una organización por procesos, donde puntualizamos componentes clave para lograrlo: liderazgo, cultura, experiencia (habilidades y metodología) y gobierno.

¿Qué papel juega la cultura en una organización gestionada por procesos?

Como sabemos, la cultura organizacional es el cómo hacemos las cosas, el estilo y actitud, una forma de pensar que se refleja en hábitos, comportamientos y prácticas compartidas entre los compañeros de trabajo. La operación o ejecución es influenciada por la cultura, por cómo tomamos decisiones, por cómo priorizamos y definimos lo que es de valor para el negocio. Los procesos enmarcan los procedimientos adecuados para alcanzar ejecuciones óptimas en productos o servicios.

¿Es la cultura habilitadora de la eficiencia y efectividad en la implementación de procesos?

Perfeccionar nuestros procesos y mantenerlos alineados a la cultura es trascendental, no solo para evitar fallas, sino para documentar aprendizajes, mejores prácticas y oportunidades, lo que puede ser la base para innovaciones en los mismos procesos o en productos o servicios.

Entendiendo la importancia de los procesos

Los procesos definen la secuencia y el orden correcto de las funciones y responsabilidades para generar el resultado deseado y llegar a los objetivos globales planeados. Estos procesos deben tener propietarios asignados que vean por su entendimiento, ejecución y mejora, con el apoyo del mismo equipo que lo implementa y el soporte de líderes y áreas relacionadas.

Cada uno de estos jugadores construye un sistema que está soportado por pautas de colaboración y reglas propias de la cultura organizacional que les ayudan a tomar las decisiones adecuadas ante retos, oportunidades, aprendizajes y fortalezas.

En sí, los procesos determinan qué trabajo es necesario para lograr el objetivo, la asignación de tareas a las personas y organizarlas en un marco de toma de decisiones (cultura).

Los procesos suelen categorizarse de la siguiente manera:

  • Estratégicos. Son aquellos que condicionan la definición del mapa de procesos
  • Clave. Aportan valor a la relación de la compañía con los clientes y usuarios
  • Complementarios. Son conocidos como procesos de apoyo y sirven de complemento a los dos anteriores

Un ejemplo de cómo los procesos, al integrarse de forma óptima, logran construir, junto a una cultura clara, un servicio de primer nivel es la Clínica Mayo, reconocida por trabajar con equipos multidisciplinarios en una cultura centrada en el paciente. Esta forma de trabajar les facilita compartir información, promoviendo un ambiente de desarrollo constante, donde los equipos emplean tecnología y sistemas para aprender y mejorar la atención a los pacientes.

¿Cómo se relacionan los procesos con la cultura organizacional?

Cambiar una realidad organizacional o mejorarla requiere de objetivos claros, viables, factibles y deseables para la empresa, de tal forma que faciliten el enfoque de los colaboradores y se sientan capaces, pero a la vez retados. Esta capacidad la aseguran los procesos de la organización y la cultura la motivación para el reto.

De esta forma, cultura, estrategia y procesos trabajarán sistemáticamente en una organización que fluye en el cumplimento de sus metas.

Compártenos qué buenas prácticas has tenido o conocido en tu campo en torno a una organización por procesos, ¿qué retos has encontrado o encuentras? ¿Qué aprendizajes has tenido? Sigamos desarrollando el tema juntos, nos interesa tu punto de vista.